La mejor vista del Cusco: la del Saya Wasi Apart Hotel
CUSCO / Guillermo Reaño. Marta Quinteros llegó al Cusco para vivir en San Blas. Ese era su sueño: una casita en lo alto del Cusco desde donde asomarse para ver las luces decorando la noche andina y las tejas que van cayendo desde el cielo para formar la geografía estética de la ciudad con más historia de estos pagos. San Blas no es un barrio cualquiera, tiene detalles que solo son del conocimiento del vecino atento; cerca a su iglesia tradicional construida en 1544 se apretujan los talleres de los orfebres que hicieron famosa a la vecindad: los Mérida, los Mendívil, los Olave, los Aguayo, los Rojas, los Aguilar, por allí todo es vitalidad, comercio, turismo desbocado. En esa porción del distrito de los Artistas, los artesanos de nuevo cuño, esos que llegaron para vender sus baratijas, las que uno conoce después de tanto Máncora, Huanchaco, Pimentel, se han hecho fuerte. En Carmen Alto, la arteria que cruza la villa viven sus notables, yo conocí a unos de ellos, don Carlos Zavaleta, dueño de Machu Picchu y otros extravíos; en Tandapata, se acomodan sus clases medias, pujantes, siempre en movimiento, integradas a la modernidad.
Una calle más arriba, en Quiscapata, casi tocando el cielo, en el sendero donde se instalaron las Quinteros, es posible perderse entre el dédalo de rincones de todo tipo donde priman las tapias de adobe y la vegetación espinosa y cómplice que da sosiego a los muros incaicos. Se trata del límite de San Blas, la frontera ineludible con ese Cusco que va creciendo, que se desborda como cualquier otra ciudad del Perú.
Allí vivió Marta, con sus hijas, con sus ilusiones. Mientras las chicas iban creciendo la casa se fue convirtiendo en un refugio para los insomnes. Es que desde sus terrazas el Cusco nocturno se empoza en las pupilas de quien se asoma para apreciarlo y es imposible dormir. “Esta es la vista más extraordinaria del Cusco”, se lo dije hace unos años, cuando llegué a su reducto, terminada la parranda de un año nuevo cualquiera, cansado de trepar con ímpetu las escaleras de piedra que van subiendo, y no se cansan, por la calle Hatun Rumiyoc. Huíamos del año viejo para rendirle pleitesía al que acababa de llegar y ninguno de los que conformaban la tropa pudo conciliar el sueño después de ver la postal más hermosa, e iluminada, del centro histórico del Cusco, la ciudad de los enigmas insondables y la belleza a flor de piel.
En el cerro Toqacachi se yergue San Blas, barrio de artesanos, artistas y soñadores. Y ahora que Marta ya no vive en el Cusco es posible compartir los encantos de una casita trasformada en hotel gourmet que solo abre sus puertas para los voyeristas que seguimos siendo legión. Tres departamentos, tres enormes habitaciones transformadas en-casitas- que-lo-tienen-todo, independientes cada una, le dan vida a este lujo en lo más alto de San Blas. Las tres tienen nombres coquetos: Marta, Romi y Tali, las tres mujeres que construyeron un sueño sobre el nacimiento cusqueño. Eso fue lo que pensé, la primera noche de mi estancia en Saya Wasi Apart Hotel: soy el único testigo del más espléndido nacimiento andino. Es que bajo mis pies, el Cusco era una cúpula gigante albergando al universo todo. Y yo me sentía completamente feliz…
Notas a pie de página:
- Hay que tener físico para vivir en el techo de San Blas. Y Para gozar de la casa de Marta mucha sensibilidad y amor por lo que vibra en las entrañas de esta vieja ciudad.
- “Lo que nosotras ofrecemos, me lo cuenta en un mail Nelly Febres, la administradora del Saya Wasi Apart Hotel, son mini departamentos con kitchenet, frigobar, TV, cable, wi.fi, terraza con BBQ, servicio de limpieza…”.
- El hotel se encuentra a cinco cuadras de la Plaza de Armas del Cusco y a dos de la Plaza principal de San Blas.
Saya Wasi Apart Hotel
Quiskapata 1000, San Blas
+51 84 254160
+51 84 957710566
Buen viaje, buen descanso…
Guillermo Reaño
Guillermo Reaño, dirige la revista Viajeros y el portal www.soloparaviajeros.pe, sus crónicas son publicadas regularmente en medios especializadas tanto en el Perú como en el extranjero. En la actualidad se encuentra dedicado a tiempo completo a darle vida a uno de sus más ambiciosos proyectos periodísticos: Viajeros Tips, una central de información sobre alojamientos y restaurantes para viajeros diferentes...